En
meses recientes, los canadienses han estado enfurecidos al escuchar que
su gobierno está subsidiando operaciones mineras rentables en el
extranjero al canalizar los fondos de ayuda internacional a proyectos de
Responsabilidad Social Empresarial (CSR, por sus siglas en inglés) de
compañías como Barrick Gold. Pero esta es sólo la punta del iceberg
cuando se trata del apoyo político y económico que provee el gobierno
canadiense para promover los intereses corporativos de empresas
canadienses en el extranjero.En Honduras, el gobierno canadiense está gastando el dinero recaudado de los impuestos de los ciudadanos canadienses para ayudar a establecer un marco legal favorable para las operaciones mineras canadienses, contra la voluntad de la sociedad civil hondureña, y al mismo tiempo permanecer en silencio sobre ataques desenfrenados y amenazas dirigidas en contra de la prensa y movimientos sociales. Estos esfuerzos, todos en nombre de la Responsabilidad Social Empresarial, alzan preguntas sobre el conflicto de interés de Canadá en asesorar a otro país sobre sus leyes mineras y exponen la política del gobierno canadiense hacia el sector extractivo en el extranjero como uno de conveniencia – no responsabilidad.
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